lunes, 2 de agosto de 2010

Como practicamente todas las mañanas

Como prácticamente todas las mañanas, hoy me desperté para ir a correr. A pesar de la pereza para salir de la cama, el simple hecho de poder correr todas las mañanas alrededor del muelle turístico de Puerto Adolfo López Mateos para coronar la mañana con una zambullida en el mar es suficiente motivación para levantarse.
Este día corre directamente hasta el muelle, alrededor del estacionamiento y por detrás del templete donde se realiza el festival de la Caguama y el de la Ballena Gris, todos los años y que actualmente está decorado con un mural alusivo a esta especie. El lugar está rodeado de manglar y el agua tranquila del estero lo convierte en un lugar donde las familias se reúnen para nadar, o comer en la playa, mientras niños y adultos pescan con piola desde el muelle.
Corrí como todos los días, pero esta mañana, mientras me estiraba, sobre el barandal del muelle, después de terminar la rutina se acercó un pescador al borde del muelle, en la parte más baja que es la que se utiliza para que los turistas suban a las embarcaciones cuando es temporada de ballenas. Esto me pareció raro, desde un principio, las pangas de pescadores tienen su propio muelle para limpiar producto y otras cosas, además de que unas señoras me comentaron hace un par de semanas que habían visto personas sacando caguamas por ahí, a plena luz del día.
Para esto eran las 8 y media de la mañana, como todo un foráneo curioso me acerque a la panga esperando echar un ojo entre el chinchorro enredado mientras saludaba al pescador. No noté que la panga tuviera número de matrícula –pero no podría estar seguro- note que traía un remo a un lado de la panga con una caña de pescar amarrada a este. También había una bolsa, o caja negra en la popa, cerca del motor. El pescador, que no conocía, se notaba sospechoso, no se porque, solamente lo sentí. El me dijo que venía de pescar tiburones y pude ver un tiburón Maco, asomándose entre el chinchorro, pero no pude ver aletas o un carapacho de caguama por ahí. Mientras tanto otra panga se acercó, con 2 tipos vestidos completamente de amarillo, con esas chamarras y pantalones impermeables, ellos también se notaban sospechosos, lo primero que hizo el pescador de la primera panga, fue preguntarles rápidamente, mientras se acercaban, que si ya habían limpiado del otro lado – los vimos venir desde las dunas y el mangle que forman parte de la isla y que están frente al muelle – Ellos respondieron que sí y en su panga no pude ver mucho, recuerdo que estaba pintada de rojo por dentro, o por lo menos tenía partes rojas dentro y ellos también traían un remo y lo traían levantado. Estos hombres no traían artes de pesca que yo pudiera ver, parecía que la panga estaba vacía, aunque no pude verla pues nunca se acercaron lo suficiente, tampoco noté que tuviera matrícula.
Ellos se fueron y como no pude ver nada continué estirándome en el muelle y en un par de minutos apareció otra panga, no puedo estar seguro si era una de estas dos o una tercera, me pareció que venía de las dunas, pero de una zona más adentro en el estero. Estaban como a 100 metros y pude ver que eran tres hombres. La panga se acercó lo más posible a la playa, pero la marea estaba baja así que dos hombres se bajaron cargando algo de las axilas, inmediatamente supe que era una caguama, aunque no podía distinguir que era desde tan lejos. Durante todo este movimiento yo permanecí en el muelle turístico observando mientras fingía que hacía lagartijas y estiramientos. De todas formas era obvio que los estaba observando. Cuando vi a los hombres empezar a caminar hacía los mangles, yo empecé a caminar hacía tierra, sobre el muelle, quería ver si había una camioneta o algo que pudiera identificar. De pronto los tipos regresaron de entre el bosque de mangle sin nada en las manos, se subieron a la panga y se retiraron lentamente. Para este momento yo estaba escondido detrás de unos puestos que, durante la temporada, venden suvenires de ballenitas. Cuando vi que se alejaban me puse a pensar que hacer, sabía que había una caguama entre los mangles y seguramente estos hombres iban a ir por una camioneta para llevársela y servírsela a alguien en el plato (coincidentemente hoy es el festival de la caguama en Puerto San Carlos), o ya habían avisado y alguien iba en camino para recogerla. Repito, este lugar es turístico y es usado constantemente por las familias del puerto, así que no podían dejarla ahí por mucho tiempo. Sabía que el tiempo estaba contado y en ese momento me encontré con la señorita X, una compañera del trabajo. Le grite que viniera corriendo, no había nadie más en el estacionamiento, donde ocasionalmente hay un cuidador. Cuando llegó le comenté lo que había visto y nos fuimos corriendo hacía los mangles y entre el lodo. Primero no vimos nada, pero ya que nos alejamos un poco del muelle, y buscamos entre las raíces del mangle observamos algo rosa. Me acerqué y vi que era una caguama, estaba boca abajo. Pensé que estaba muerta, pero justo cuando le iba a decir a Liliana, noté como el buche subía y bajaba lentamente, inclusive escuche el sonido de un respirar cansado y seguramente en estrés. Rápidamente la volteamos y pudimos confirmar que era una Tortuga Amarilla, por el tono de piel y la gran cabezota. Tenía varios balanos, inclusive observé pequeños gusanos en uno grande que tenía en la parte superior del caparazón. La caguama no estaba marcada, y no parecía estar herida, no noté sangre ni cortadas que pudiera haberse al enredarse en un chinchorro, tampoco tenía marcas de anzuelos en la boca.
La tortuga era de tamaño mediano, como de 50 cm o 1 metro de largo y pesaba unos 40 kilos, calculo.
No sabíamos que hacer, los dos estábamos ahí haciendo ejercicio, sin cámara, sin celular, sin nada, y sabíamos que estos hombres tenían que actuar rápido. La tortuga estaba moviéndose entre los manglares, pensamos en llevarla a otro lado, pero apenas podíamos moverla. ¿Qué pasaría si nos íbamos para avisarles a las autoridades y cuando volviéramos ya no había nada? Qué pasaría si La señorita X se iba y yo me quedaba para esperar a las autoridades o a los guateros? ¿Qué pasaría si cuando llegaran los guateros querían llevársela y yo me negaba?, ¿qué pasaría si había una confrontación entre tortugueros y guateros?, con el nivel de conflicto que hay ahora en el pueblo, no me parecía lo más conveniente. Lo mejor, en el momento, nos pareció regresarla al agua, por lo menos ahí estaría segura, a duras penas la cargamos rápidamente y fue un alivio cuando la vimos nadar. La señorita X corrió a avisar a las autoridades y yo me quedé ahí, escondido, y fingiendo que me ejercitaba, esperando a los guateros, para por lo menos ver su cara de frustración y grabármela para poder declararlo a las autoridades. Mientras esperaba, la caguama comenzó a nadar, sin sumergirse, de una forma tan lenta que me hizo pensar que estaba herida. En tierra yo me dedique a seguirla pues iba paralela a la costa, hacía el muelle turístico, quería ver que estuviera bien, o que por lo menos, estuviera fuera de vista cuando los hombres llegaran a la playa, porque su caparazón y los balanos que tenía encima se veían fácilmente desde la playa. Como no había movimiento de nadie en la playa, ningún ruido, nada, comencé a caminar hacia el muelle, siguiendo a la tortuga, que tardo como 5 minutos en llegar a la parte más alejada del muelle turístico, el mismo lugar donde platique con los pescadores, minutos antes. Camine hacia ese sitio, y pude ver a la caguama acercarse tranquilamente. Paso a un lado de mí, con toda la calma del mundo y pude haberla tocado desde el muelle, cuando paso a un lado se sumergió y seguí su estela hacia la bocana por unos momentos, pero luego la perdí de vista, al parecer había escapado de un guiso seguro.
Al momento que regrese la mirada hacía el sitio donde habíamos rescatado a la caguama, me percate que había una cuatrimoto entre los manglares, comencé a acercarme, pero tampoco quise verme muy obvio así que solamente observé. La moto, había llegado al sitio rodeando el bosque, pegadito al agua, por lo que había evitado llegar por el mismo sitio donde llegué yo, desde el estacionamiento del muelle. El Hombre permaneció unos momentos exactamente donde 5 minutos antes habíamos cargado a la caguama, se notaba que estaba buscándola, cuando se bajó de la cuatrimoto para explorar un poco y me dio la espalda, pude ver que su camiseta, azul oscuro, tenía letras. Decía Policía. No estaba seguro si el hombre, panzón y moreno, había sido avisado por mi compañera o si había llegado ahí buscando la caguama, pero la forma en que buscaba y la manera en que llegó justamente al sitio donde la caguama estaba, me hicieron dudar de sus buenas intenciones. Además en dos meses que llevo corriendo en este sitio, nunca había visto a un policía en esta zona, saliendo de entre el mangle y a esta hora donde normalmente no hay nadie en la mañana, lo que me generaba dudas era como planeaba llevarse una caguama en su cuatrimoto policiaca. El policía, después de un par de minutos, viendo como lo observaba desde el muelle, se subió a la moto y arrancó hacía el estacionamiento donde lo perdí de vista.
Dos minutos después mis compañeros y el inspector de PROFEPA llegaron a la zona donde me comentó el inspector que se acababa de cruzar con el susodicho policía y que le pareció sospechoso porque ya había escuchado de reportes de personas que señalan a los policías por sus actividades de tráfico de caguamas.
AL final del día no tuve pruebas, no recabe datos precisos sobre la identidad de estos hombres o sus embarcaciones, no los enfrenté y seguramente por esto ahora mismo ya están buscando otra en altamar y nadie les va a poder hacer nada aún. Además de todo, liberamos un animal en peligro de extinción en un ambiente que no es el suyo, pues las caguamas no habitan dentro del estero. Creo que cometí varios errores de decisión esta mañana, me consuela saber que la caguama agarro aviada con dirección hacía la bocana y si tiene suerte pronto estará engordando y aumentando de tamaño y fuerza para poder viajar a Japón.

lunes, 31 de mayo de 2010

Sin fotos, puros recuerdos

Hace no mucho un amigo me decìa un dìa: "EN la paz si te la manejas bien, todos los dìas son como vacaciones"

Es verdad que uno tiene obligaciones, cosas con las cuales lidiar, como arreglar el drenaje de la casa, o sacar la basura los martes en la noche.
Pero en si, el ritmo con el que te deja vivir la Paz, o con el que se deja vivir, es bien agusto, y en ocasiones si se siente como estar en vacaciones. Y màs en estos meses de verano en los que el sol se pone pasandito las 8 y a las 6 aùn esta el dìa rebozante para ir a caminar al malecon, echar las chelas, o maleconiar un rato en el coche, con el buen pana, reggae de fondo, y matizando mientras el sol se pone en el horizonte, sin duda toda una vacaciòn, o mejor aùn un estado de vida.

EL sàbado el panita y yo, decidimos cambiarnos de hogar, para sentir ese calorcito que la casa debe tener, y lo màs importante, un baño que funcione, menos gallos, y polvo.
Despuès de la mudanza, que durò casi todo el dìa, pero en la cual aprovechamos para hacer una pizza (que parecìa ravioles) buenìsima, desde la masa hasta el horno que previamente cargamos por las escaleras e instalamos.

EL domingo pintaba como un dìa tranquilo, pero tenìamos que terminar de instalarnos e igual ir a la playa. Los planes que la Paz nos tenìa preparados eran distintos.
EL pana me despertò avìsandome que unos compas le habìan pedido ir a la marina a echarles la mano con un velero y a cargar un motor, Nos lanzamos los dos despuès de desayunar y para cuando llegamos el trabajo ya pràcticamente habìa terminado y estos manes nos esperaban con un cevichito y unos chescos helados.
Despuès de comer ayudamos a cargar un motor y a instalarlo en el dingy del impresionante catamaran donde estabamos comiendo.

La tarde continuaba, el dìa estaba calmito, con mucho sol, y el agua se miraba transparente, asi que el amigo nos propuso lanzarnos a ver tiburon ballena.
EL tiburon ballena, o pez sapo, es el pez màs grande, y el tiburon con mayores dimensiones en el mundo, y aqui en la paz, le gusta pasar algunos meses del año, donde se alimenta, con su gran bocota de sardinas, supongo.

Nos trepamos al dingy, y tras unos 20 minutos saltando sobre las olas, cual rodeo texano, de pronto vimos unas manchas en el agua, lo que parecìa una escuela de pescados, atras de esta, se veìa la temible aleta, la aleta que tantas pesadillas me ha dado desde que vi tiburon 1, 2 y 15. Ahì estaba, y habìa varias.
Este animalito, por grande que sea, tiene una actitud pasiva y relajada, y asì como estaba el agua sus manchas y su piel fina fina, relucian bajo el agua.
Me puse el visor y me baje lentamente del bote, solamente para abrir los ojos y percatarme que el mounstruo estaba frente a mi, lo que me hizo ponerme un poco tenso, pero de inmediato uno se da cuenta que este pez esta en su rollo, y no tiene intension alguna de interactuar con aquellos a su alrededor, incluso lo siguen cientos de pececillos que tranquilamente se posicionan debajo de la boca, y seguramente van aprovechando para comer las sobras.

EL pez sapo sigue su camino de forma pasiva, sin dar una sensaciòn de esfuerzo su gran masa atraviesa las aguas sin necesidad de esfuerzo. Yo me dispuse a seguirlo mientras las pataleadas me alcanzaran pero despuès de un rato el enorme animal te pasa de largo cambiàndo la direcciòn y uno tiene que frenar para que la aleta trasera no te de tus cachetadas porque el Tiburon no va a cambiar de rumbo.
De pronto uno queda a merced de los mares, sin nada enfrente, sin nada atràs, asì que para ubicarse uno asoma la cabeza sobre la superficie, solo para darse cuenta, con todos los mùsculos de la espalda tensos, que una aleta se dirije justo hacia donde estàs, un nuevo tiburòn navega hacia las sardinas que estàn a mi alrededor, la boca esta a unos 2 metros de distancia, solo queda tomar aire y sumergirse lo mas posible, para que la pansa pulida y blanca le pase a uno por encima como en camara lenta.

Otro espectàculo se producìa sobre el bote, donde estabamos pràcticamente solos en toda la bahìa. El dìa estaba tan tranquilo que uno podìa estar parado en el bote viendo y contando, 1, 2, 3, 4, 5, animales diferentes que se paseaban por ahì y nos pasaban por debajo del bote, justo dandonos oportunidad de meternos al agua y observar esta maravilla otra vez.
Siempre que veo a este tipo de animales en el mar abierto, me da la impresiòn de estar en un acuario, algo asì como si mi mente ya estuviera acostumbrada a catalogar a los animales demasiado extraños como simples piezas de un museo, pero aqui en su habitat natural resultan mucho màs impactantes y maravilloso.
EN ocaciones es dificil de creer, que uno esta bajo el agua y a un metro, esta un bicho que si quisiera te aplastarìa en un segundo, pero la tranquilidad bajo el agua es tan absoluta que a uno hasta le entran ganas de montar al caballito.

Sobre el bote ocurrìa otro acontecimiento, le llamaremos almuerzo.
En extraño estar en un bote y de pronto escuchar latigazos por todos lados, que es eso? Es el golpeteo de las cientos de sardinas qeu salen del agua, en un salto desesperado para intentar escapar de las fauces del sapo. EL conjunto de todos esos sonidos, prácticamente al mismo instante ocaciona el efecto latigazo, que una y otra vez tronaba en los oidos y sobre el agua se veìa como si de pronto el agua se cuarteara y uno solo apreciaba salpicones y tronidos.
EN un momento, uno de los tiburones, que para comer, se ponen pràcticamente verticales, mientras van deborando todo a su paso, avanzo hacia una gran escuela de sardinas, las cuales de forma desesperada se impulsaron fuera del agua, como queriendo volar, y escapar de las garras de todo lo que osa alimentarse, pues si no acaban en la boca de un depredador marino, sin duda acabaran dentro de una lata.
Las sardinas quieren volar, pero en ese intento un par de pelìcanos, de la nada, a toda velocidad, se clavan como misiles dentro del agua, para aprovechar el favorcito que el tiburòn acaba de proporcionarles, provecho.

Entonces dicen que ayer jugò Mèxico, hijoles tenìa ganas de verlo, pero se me cruzaron unos cuantos tiburones ballena.....

EL miercoles pa Lopez, haber como nos trata el verano...

viernes, 7 de mayo de 2010

Sleeping under a 300 year old bed.



Loreto is the oldest town in the Californias, one of the last spots of North America to finally, surely with regret, be conquered by the big ships, and all the mess. Loreto is close to 313 years old, after that came the mission of San Xavier. San Xavier, the mission, the church built by the Jesuit missionaries is still standing, Loreto`s is not.

Last Friday I didn´t had any clue the ages of this two towns, I just heard that San Xavier was a pretty old mission up in the mountains, on the Sierra de la Giganta, and that the fruit candy that San Xavier people made where amazing, this was enough for me to go. My stomach rules most of my important decisions, or at least I would like that. I must say that I had a free weekend so I decided to hitch hike, up the 40 km of high sierra rocky terrain that separate the peaceful beaches of Loreto, from the Mission. My day started early, I packed my sleeping bag, a sweatshirt, water, a cap, my cellphone with some songs, and money (I forgot my toothbrush), not even a book, what if I didn´t get a ride, I wasn´t going to walk all the way up with a heavy book on my back. Before starting my adventure I needed to stop at the clinic to get my stiches out, when I arrived there the nurse was laying on her ass and told me to get back on Sunday, I think she was chilling at the moment and didn´t want to move for a simple removing procedure, its not that I am paying her with my taxes or anything.

With stiches and my swollen purple eye, I started to walk to the highway, it wasn’t long till a big muscular gringo stop in his Cadillac escalade and gave me a ride just where the San Xavier road starts, exactly where it starts to go up the hill. I got down and started to walk, it was like 10 am and the sun was hitting hard. I put up my headphones and started to listen “Remember me as a time of the day”, by Explosions in the Sky, a song that I relate with taking a shower, and stepping on the cold water in the morning, so its kind of a refreshing song. I walked for about an hour and a half noticing spots on the mountains, good places to camp, to stop and have some water, places with a good shade, hills that I could climb for a better view… The scenery was vast, huge, not a single spot of humanity around, just the dirt road I was walking through. On my back I had the Sea of Cortez reflecting like a mirror in an amazing deep blue, everything else was rock and cactus, big tall cardones, and other dry bushes, I could hear birds everywhere and I decided I was going to keep walking until I got tired and if I feel like going back I was going to, if not, I will keep it on.

Suddenly ,like taken out from a movie three cars stop in front of me, they where 4 by 4 offroad cars, the kind they use in the Baja 1000 races. One of the guys with his white helmet and his full nomex suit told me to get in. I unhooked the window, that was really a net, and buckle up. The car had a gps and no more, and this guy was stepping hard on the accelerator, we where flying and of course not having a windshield made it all more exciting. I could see in between all the dirt, the cows this guy was avoiding on one side, and the cliffs and precipices on the other. We were getting up and up the cliff, very very fast, passing one curve after another. I can say I really enjoyed the adrenaline hit, but my stomach was having enough and I was also feeling dizzy, it was exactly like riding with el “Archiemen”, or even his mom or dad in the highway, where every second of the road you feel you are about to dye, but you are having a great time about it, somehow.

Finally I arrived, got the dirt of my head and arms, thanked the driver, who happened to be an Italian professional racer called Andrea, he even offered me to keep riding all the way south, but I was finally in San Xavier and I was getting that candy.

Wow, I was still feeling dizzy and it was like stepping out of a time machine, San Xavier is beautiful (this place close to Guatemala, jajaja) its one of those special places where time has stop by. Of all the towns I have been in Baja before, coastal ones are relatively young establishments, because people arrived there to fish them 50 or 60 years ago, or less, the old people are not even from those places, but in here it was different. The houses where beautiful, made out of rock, or adobe, I think, and all painted in white with a gray “Guardapolvo” in the bottom, and a palapa roof. All the houses, or the main houses of the town, where built infront of a broad road covered with pebbles that gets you all the way to the mission, the original church built 311 year ago, built out of the same rocks that cover the mountains that surround this valley, or this canyon, cause water runs through the middle, giving the church a especial aura that makes her fit entirely on this environment. This white road covered with pebbles has a bunch of rounded benches with orange trees in the middle, a perfecto place for the tired pilgrim to sit by the shade. I walked directly to the church, I wanted to feel the cold inside that rock cavern, and check out the windows that where ordered and delivered by ship all the way from Tlaxcala and where the first windows in the peninsula, or what about the golden retables that where also ordered and brought on a ship more that 300 years ago.

The places was fantastic, you could really feel that it had been there for a while, no wonder why thousands of people come here every year to celebrate San Francisco Xavier. After a while cooling down in the church I walked out, just thorough the roses, and like other 10 different kind of flowers that were planted at the front of the church, I walked around it and saw that the back of the church was full of gardens, I mean big gardens, and I started walking to take a look in between the date palm trees and the onion fields, the place was an Oasis, a skinny wound of green, almost like a scratch on the hard rock. On the back of the onion field I could see a big broad tree, not tall, but huge in proportion, a muscular trunk full of chunks of wood and scars, and bumps everywhere, also I could hear water running. Wow that thing was old, I thought. I walked by it and just by its foot, a small water channel used to water the fields was running, and the tree was absolutely the king of that land, and was getting all the water he wanted from it. At that moment I met Cirilo, Don Cirilo, the owner of the property, a 5th generation, AT LEAST, (he couldn’t really remember) man that was working his land just like his grandfather was when he reached 115 years old. His grandfather was born there, and had eaten the olives of that tree and drink the water of that channel, just as his grandson. “This place has a 130 population, in which we all know each other, Cirilo told me, a lot of people, like my grandfather, get to live after their hundred birthday. It is because of this water, of this clean air, of this olives, and of this soil”. He asked me If I knew how old the tree was, and he told me: This three was planted by the Jesuit missionaries before they built the church 311 years ago. That means this crooked and complicated old creatures is the oldest thing around, oldest than the oldest building in the Californias.

We talked for a while and before he left I asked him one thing “Can I sleep here under the tree, close to the channel, on its shade?” he said yes.

I got a spot to sleep, the hard part was done, now I needed to get some candy, and walk around the town. I have never seen so many different kinds of plants and flowers in my life, I couldn´t believe it. Every house was a botanical garden, and a jungle on itself. First you could see the olive trees, then the palm trees, then the fig trees, after that the chamomile flowers, the orange tree, the papayas, the mangos, la calabaza, and so many others that of course I had any idea what they were. I returned to the church and met Don Chuy, he was the one chosen by the community to be in charge of the church and the turists for that month. Probably it was even charging the foreigners, he didn’t charged me, I am not sure. We talked for a long time, about candy recipes and how he makes his favorite with just the skin of the orange, never the flesh. So the best way to do orange candy, was with its horrible untasty skin. He was sure about that, and he told me, he had to stay at the church for like an hour more, but after that he would take me back to try it.

At that moment the church was celebrating a Quinceañera with all the pink and all the cheesy ribbons you could imagine. I decided to skip it and curled under an orange tree on top of the church 300 year old stone fence. The heat was reaching its highest, but under the tree everything was calm and fress, I could see hummingbirds flying around me, and I can only hope my snoring wasn`t heard in the church, because I slept like a baby.

When Chuy was out he wake me up and we walked to his house, in there he sell me 1 kilo of candy but I open it and we ate like half of its sugary orangy amazingness just there, This Chuy really loved his candy. Then he offer me some goat cheese his neighbor made and he gave me another half a kilo piece of cheese. Uhmm combine with the candy, this cheese, was so tasty and different from the “local” queso Oaxaca they sell at Soriana that taste like pus jelly.

When I came out of the house it was starting to get dark, I walked around the town a little bit completely full, with still half a kilo of candy with me, jaja, sugarrr. I walked in a complete darkness to my tree, because the town has just a diesel electric plant, and this, thank God, makes the stars shine brighter instead of the televisions.

The amazing curly tree was there waiting, the night was cooling down up in the Sierra, I could see the moon and many many stars, in between the branches. I unrolled my sleeping bag, and draw a circle around it, so scorpions, and hopefully drunk rapists would avoid me, like I learned, in Oaxaca some years ago, preaching high in the Sierra, (ohh yeah, another story) I hook up some music on my cellphone, and started to listen a song that seemed to be written for this moment; “Glittering Blackness”, by Explosions in the Sky, under a 300 and counting olive tree.